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¿No se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. Así pasa con ustedes: hasta los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo, pues ustedes valen más que muchos pajarillos.

»Les aseguro que al que me reconozca públicamente, lo reconoceré en la presencia de los ángeles de Dios.

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